Junto con el desarrollo, surgen diversos aspectos positivos y negativos. Los beneficios evidentes incluyen el turismo, la creación de empleos, la vivienda asequible y la infraestructura. Sin embargo, también enfrentamos un aumento en la demanda y una afluencia de población. Dos elementos están influyendo en la oferta de productos en el país.
El primero es la escasez de tierras en áreas estratégicas clave, lo que ha llevado a una sobreoferta de torres de apartamentos en zonas ya densamente pobladas. El segundo desafío se relaciona con la infraestructura. A medida que se construyen más edificios de apartamentos en áreas ya densificadas, donde la circulación es limitada, existe el riesgo de estancar el desarrollo que nuestro país está experimentando.
Sin embargo, existe una solución: promover el desarrollo en el país de manera natural hacia áreas críticas. Esto estimulará un crecimiento continuo en lugar de frenarlo. Hemos observado un notable desarrollo en Nuevo Cuscatlán, pero esa oportunidad ya se ha aprovechado al máximo. La siguiente área evidente para el desarrollo residencial, comercial, industrial y de entretenimiento es la Ruta del Bálsamo y Comasagua. Esta región se encuentra al otro lado de la Carretera la Libertad, y a diferencia de Nuevo Cuscatlán, está en sus inicios.
Comasagua y la Ruta del Bálsamo se entrecruzan cerca de Alturas de Tenerife, junto con otros proyectos en desarrollo. Este lugar es un punto de observación clave y, si tienes la oportunidad, deberías aprovecharla. Representa el rumbo natural que nuestro país está tomando, en dirección a la playa y más allá.